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domingo, 18 de octubre de 2015

HISTORIA DE UN MATRIMONIO: buscando la Gran Novela Norteamericana


    No es necesario haber leído a Séneca para saber que la vida es una lucha constante, para comprender que más allá de los reveses de la Historia están las batallas privadas de la historia, de aquella “intrahistoria” a la que aludía sabiamente nuestro gran Unamuno.
    Historia de un matrimonio se nos presenta como el relato elegante, sutil y comedido —sin embargo, certero y duro— de las vicisitudes que sufre la pareja integrada por la joven Pearlie y el hermoso Holland Cook. No es éste un libro que haya que leer de un tirón; no hay que “devorarlo”. Por el contrario, es esta una novela que hay que saborear, masticando lentamente el correr de las oraciones, disfrutando al adentrarse en los meandros de la narración, en los recodos de un camino sembrado de sorpresas, miedos y alegrías, un sendero aderezado con quiebros argumentales que evocan a Henry James y su Vuelta de tuerca. Con una prosa reposada, el autor nos describe el combate que debe librar la protagonista femenina para salvar su matrimonio, para permanecer aferrada a esa enorme palabra que es “amor” o, al menos, a su sucedáneo: la convivencia digna.
      El lugar: San Francisco. El tiempo: 1953. Los Estados Unidos de América viven bajo el temor a la amenaza comunista: la “caza de brujas” del senador McCarthy, la guerra de Corea, el juicio de los Rosenberg y su posterior ajusticiamiento, el temor a la guerra nuclear. La supuesta inocencia y simplicidad de la época estuvo marcada por el miedo y el silencio: la segregación racial, los tabús sexuales de “lo diferente”, la fachada de una vida de pujanza y riqueza asentada en unos cimentos cenagosos que comienzan ya a tambalearse. En este contexto, el autor —mediante la voz narrativa de Pearlie— nos describe la vida reposada del matrimonio Cook: él es un hombre de salud delicada y ella debe protegerlo de sobresaltos suavizando el sonido de los timbres de la puerta y el teléfono, eliminando del periódico las noticias desagradables. Todo es calma y armonía en la casa y la vida de los Cook: un remanso de paz, un locus amoenus en una nación cada vez más histérica, en un país que se resiste a dejar atrás los prejuicios de un tiempo anterior, en un paraíso donde el mal acecha entre las rosas más hermosas.
     Sin embargo, todo lo que parece seguro y firme, cierto y verdadero, se desmorona con la aparición de Buzz Drumer, un antiguo amigo de Holland. La irrupción de este personaje, que se convertirá en uno de los vértices del triángulo protagonista, dota a la narración de un intensidad que aumenta con cada página. Muy pronto las revelaciones asaltan al lector y la sorpresa se adueña de la lectura.

    Con una prosa y un manejo del Tempo narrativo magistrales, Andrew Sean Greer (1970) ha escrito una novela absorbente y asombrosa, una de esas joyas ocultas que a veces caen en nuestras manos y en nuestros corazones para recordarlas durante mucho tiempo. En una época de literatura funcional y rápida (remedo del fast food que asalta cada vez más nuestra cotidianidad), en un tiempo donde la reflexión y el reposo de la lectura parecen patrimonio de los autores ya difuntos o de media docena de genios, Historia de un matrimonio supone un hito que este lector tardará en olvidar (quizás nunca): no es la Gran Novela Norteamericana —pues no es esta obra que alimente grandes compañas publicitarias—… pero se le parece mucho.

Andrew Sean Greer,

Historia de un matrimonio,  Ediciones Salamandra, 210 páginas.